D. O. C. / Burgos Pacheta deberá esperar para conocer el alcance real de su lesión. Una ecografía descartó en la tarde de ayer la existencia de una rotura fibrilar en la parte posterior del muslo derecho del ariete del Burgos CF. Pero el jugador no se fía del diagnóstico. Sus sensaciones no son demasiado buenas y siente molestias que no se corresponden con un músculo en teoría en perfectas condiciones. Por ello recurrirá a una segunda opinión. Los test musculares a los que ha sido sometido en los días anteriores apuntaban a una microrrotura, que confirmaban los síntomas posteriores al ‘pinchazo’ que sufrió el ariete en el entrenamiento del pasado viernes cuando se disponía a ejecutar un lanzamiento a puerta. Lejos de ratificar los pronósticos, la ecografía invita al optimismo, pues si finalmente se confirma el jugador podría incorporarse de inmediato al trabajo con el resto de sus compañeros. Pero no las tiene todas consigo el delantero blanquinegro. Ni mucho menos. Su experiencia en casos anteriores le indica que sufre una rotura muscular, por lo que en las próximas horas consultará con un traumatólogo para someterse a un nuevo reconocimiento médico. Lo que en circunstancias normales debería haber provocado un suspiro de alivio en el jugador, en esta ocasión solo ha generado sorpresa. Al menos de momento, hasta que una segunda opinión médica arroje luz sobre el caso. Por otro lado, quien sí podrá estar a disposición de Ramón Calderé para el choque del próximo domingo en el terreno de juego del Coruxo será el centrocampista vasco Galder Cerrajería, quien cumplió el pasado fin de semana su partido de sanción por acumulación de amonestaciones (ha visto 10 en lo que va de temporada).